San Antonio de la Florida y Goya

Esta publicación supone el testimonio más completo del proceso de restauración de los frescos de Goya en la Ermita de San Antonio de la Florida.

En 1798, tras la reconstrucción de la Ermita, tuvo lugar la decoración de sus bóvedas con la magistral serie de pinturas de Goya. A lo largo de todo el siglo XIX, se mantuvo como lugar de culto pero en los primeros lustros del XX sufrió cambios decisivos. En primer lugar, se convirtió en Panteón al recibir los restos del artista. Posteriormente, a partir de 1928 (coincidiendo con el primer centenario de la muerte del pintor) la Ermita quedó prácticamente sin culto para salvaguardar mejor los frescos, construyéndose, a tal fin, una réplica de la Ermita. Entonces quedó bajo la custodia de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.

A lo largo del siglo XX, se afrontó el problema de la restauración del templo y, sobre todo, de los frescos de Goya. Siendo en 1987 cuando se procedió a consolidar el edificio y a restaurar, en profundidad, la obra de Goya, ardua labor que no concluyó hasta 2005.